miércoles, 2 de diciembre de 2009

Jacobinismo

Voz del Dictionnaire Critique du marxisme

Jacques Guilhaumou
lallibertatdelsantics.blogspot.com

Traducción Joaquin Miras y Joan Tafalla


No es legítimo atribuir a Antonio Gramsci la originalidad de una pregunta sobre el jacobinismo, " en sentido integral que esta noción ha tenido históricamente y que debe tener como concepto", (Gr. ds le texte- GT, p. 245)? Sería algo así como creer que los demás " clásicos del marxismo" hablasen francés en política sin preocuparse nunca, del concepto de jacobinismo en particular. Los trabajos más recientes en este ámbito intelectual pueden dar pie a tal interpretación, y sin embargo esta es una falsa pista. En este sentido la vía emprendida esconde la compleja historia de la relación entre la Revolución Francesa y la tradición marxista y el movimiento obrero; e impide además, explicar la filiación teórica entre Terror (Marx), Hegemonía de pueblo (Lenin) y Jacobinismo (Gramsci); que no se dé cuenta y razón de todo lo que está en juego en el posicionamiento jacobino cuando analiza cada situación: la referencia al movimiento histórico real da cuenta del desafío jacobino en el análisis de las situaciones: la designación del movimiento histórico real.

La traducción del concepto de jacobinismo alcanza su eficacia máxima en los Cuadernos de prisión, pero nunca en forma de un análisis disociado de la cuestión de la Revolución francesa. Lo que se trabaja en los textos de Gramsci, es el conjunto de los enunciados sobre la experiencia revolucionaria francesa esparcidos en los textos filosóficos e históricos de Marx. El dirigente comunista italiano intenta desarrollar uno de los proyectos del joven Marx (« La Révolution française : histoire de la naissance de l’État moderne », IA, p. 602 ; MEV, 3, 537[1]), en un estudio sobre la " relación histórica entre el estado moderno francés nacido de la Revolución y los otros Estados modernos de la Europa continental", ( Cahiers de Prison, Gallimard, t.1, p. 156). [Gramsci]Compara la vía revolucionaria impuesta por " el aparato terrorista francés", aparato de hegemonía dominada por los aparatos políticos democráticos, del club a las secciones, con el modelo de formación de los Estados modernos al XIXe siglo, respecto de: la "revolución pasiva." Define la estrategia de revolución permanente para referirse a los acontecimientos que se producen en Francia de 1789 a 1870 (GT, p. 494). El asocia "fuerza jacobina" a la creación ex nihilo de "una voluntad colectiva nacional-popular" (GT, p. 425). El trabajo al cual se entrega Gramsci no pretende reconstruir el progreso complejo del pensamiento de Marx sobre el caso francés, más bien trata de ampliar el análisis de la tradición marxista sobre la relación de los Jacobinos con la sociedad civil, del " Partido jacobino" con el estado moderno", (Quaderni del Carcere, p. 2010), y de poner así de relieve los conceptos estratégicos de “revolución permanente” y de " nacional-popular jacobino", (concepto " de hegemonía política", de " alianza entre los burgueses-intelectuales y el pueblo", QDC, p. 1914).

Sigamos pues la aparición de las categorías históricas jacobinas en los textos de Marx y de Engels. Desde muy temprano, Marx queda fascinado por la acción de los "héroes de la Revolución francesa", por las figuras trágicas de Robespierre y San-Just: estos "portavoces de la masa" (SF, p. 144 y s.; MEW, 2, 125 y s.), " auténticos representantes de las fuerzas revolucionarias, es decir de la única clase auténticamente revolucionaria: la "masa innumerable" (IA, P. 204; MEW, 3, 161), esos "emancipadores políticos" (QJ, Aubier, 113,; MEW, I, 367), que han producido "el estado únicamente político", el " principio político en si mismo" (Cripol., p. 176; MEW, I, 319). A través de la “energía revolucionaria", de la "conciencia intelectual de su valor" y de la "significación general negativa asociada a la nobleza y al clero" (Cridr., MEW, I, 389,; Aubier, p. 93) los "hombres del Terror" (SF) han producido una "realidad abstracta": la "voluntad" como encarnación del "principio de la política", del "principio del Estado" (Críticas marginales...; MEW, I, 402,; trad. apud Grandjonc, Marx et les communistes allemands à París, Maspero, 1794, p. 154). Parece, anota Marx siguiendo a Hegel, que el mundo marcha sobre la cabeza; los Jacobinos han tratado de realizar una "ilusión de óptica", la inversión entre el fin (la sociedad civil-burguesa) y el medio (la vida política) de la emancipación burguesa. Marx califica de " enigma de orden psicológico y teórico" (QJ, 113,; MEW, I, 367), esta "genialidad que exalta la fuerza material en relación con el poder político (Cridr.). Entre "1793 y 1794 en Francia", el " Terror" es este "momento de entusiasmo" en el que se sacrifica la sociedad burguesa a una "concepción antigua de la vida política" (SF, p. 149; MEW, 2, 130). La vida política entra "en contradicción violenta con sus propias condiciones de existencia, declarando la revolución en estado permanente", (QJ, Albura, 81; MEW, I, 357). Una "ilusión trágica" es puesta en práctica por hombres que van a la guillotina porque han emprendido una batalla" contra la sociedad burguesa" proclamando el carácter sagrado de los principios de esta sociedad, en los derechos del hombre, (SF, p. 148 ; 129). Se comprende por qué Marx trataba en 1844, de escribir una Historia de la Convención, la asamblea revolucionaria que fue " la cima de la energía política y del poder político" y del que se puede decir que hizo de la Revolución francesa "el período clásico de la inteligencia política" ( Cr. marginales., cit. Ibíd.). Pero sólo en la búsqueda de una estrategia de lucha de clases frente a los acontecimientos de 1848, Engels y Marx asociarán lo que debería ser el "terreno revolucionario" con las categorías históricas jacobinas. Los dirigentes comunistas oponen a la conquista" revolucionaria" del "terreno jurídico" por parte de la burguesía conservadora, "revolución sin revolución" (Robespierre), el "título jurídico del pueblo revolucionario", un "contrato social" (Rousseau) concluido entre el pueblo y la revolución (NGRh, II, pp. 234-235; MEW, 6, 112. La referencia a 1793 se convertirá en una referencia clásica de la tradición marxista. La Revolución francesa es, junto con la Revolución inglesa, la "revolución de estilo europeo"; ha permitido "el triunfo de la burguesía y de un nuevo sistema social" (NGRh, II, p. 229; MEW, 6, 107) la "coincidencia de la revolución de un pueblo y de la emancipación de una clase particular". Así son registradas las características de toda lucha antifeudal hasta el final: un "movimiento popular" que instaura, en la Convención, la "gran lucha apasionada de los partidos" y que actualiza el "derecho de las masas populares democráticas de actuar moralmente, mediante su presencia, sobre el comportamiento de asambleas constituyentes", (NGRh., II, P. 33; MEW, 5, 40) - el "Terror", "método plebeyo de acabar con los enemigos de la burguesía". Características de las que carecieron los nuevos los acontecimientos históricos, muy en particular la ausencia del portavoz. Las revoluciones europeas de 1848 solo pretenden engendrar una nueva generación de los diputados liberales del tipo de los de 1789 (los juristas renanos liberales de la asamblea nacional prusiana) y "socialistas con espíritu de sistema", “pedantes de la vieja tradición revolucionaria de 1793" (“el partido" republicano francés; NGRh, I, p. 181, y II, p. 85; MEW, 5, 133-134 y 448). 1793, episodio histórico trágico, es reeditado bajo la forma de farsa, de "conquistas tragi-cómicas”. Se trata de un desplazamiento fundamental: el referente jacobino ha perdido su capacidad de aferrar la realidad concreta, de ser la necesidad histórica del momento.

Corresponde a Lenin haber traducido la voluntad jacobina de transformación en una estrategia revolucionaria de conquista de poder. Para él, un posicionamiento crítico se caracteriza según el criterio de la concreción jacobina. En ¿Qué hacer?, a propósito de la utilización en las polémicas entre social-demócratas de la historia de la escisión de la burguesía revolucionaria francesa entre la Montaña y la Gironda, Lenin enuncia la única pregunta legítima para su presente histórico: "¿Quién se coloca en el terreno de la lucha de clase del proletariado?". Es así es como el socialdemócrata revolucionario se corresponde con Jacobino, por estar "ligado indisolublemente a la organización del proletariado, consciente de sus intereses de clase" (O., 7, p. 399). La “Revolución democrática burguesa tipo 1789" ha permitido " la organización autónoma del proletariado" (O., 8, “¿Revolución estilo 1789 o estilo 1848?”). La Convención es la "dictadura de las capas inferiores del proletariado y de la pequeña burguesía" (O., II, p. 51), estas capas "inferiores" durante "los breves períodos de su hegemonía" han ejercido "una influencia decisiva en relación con el grado de democracia de la que debía gozar el país durante las decenas de años de evolución “calmada” que siguieron" (O., 17, "Verdades antiguas, pero siempre nuevas”). El recuerdo del "espíritu de 1793" establece "correspondencias", "parecidos", "analogías históricas", pero no se trata de copiar a los Jacobinos o de identificarse con ellos: "El ejemplo de los Jacobinos es rico de enseñanzas. No ha envejecido, pero es preciso aplicarlo a la clase revolucionaria del siglo XX" (O. 25, " Quienes son los enemigos del pueblo”, junio de 1917; también p. 123-125).

En resumen: de la tradición marxista se desprende una enseñanza que Gramsci concretará en su análisis del jacobinismo como saber político, como primera manifestación histórica de la política como ciencia autónoma. Arriesguemos una hipótesis: la relación del jacobinismo con el aspecto político de la tradición marxista no es otra que la traducción dialéctica del principio de igualdad. "La conciencia que un hombre tiene de otro hombre en tanto que su igual y el comportamiento del hombre con respecto a otro hombre como su igual" (SF, p. 50; MEW, 2, 40-41) son una subjetividad en acto, una política práctica traducible en una estrategia de lucha de las clases. A este propósito, Lenin subraya ciertos aspectos de un paso de La Sagrada Familia (O. 38, p. 25) : "Que M. Edgar compare por un instante la “égalité » francesa con la “conciencia de sí” alemana, y si se dará cuenta de que el segundo principio expresa en alemán, es decir en el pensamiento abstracto, lo que el primero dice a la francesa, es decir en la lengua de la política y del pensamiento intuitivo". Gramsci comenta, en diversas ocasiones, este "análisis del lenguaje jacobino", en torno al hecho de que el "lenguaje jurídico-político de los Jacobinos y los conceptos de la filosofía clásica alemana" son " paralelos y traducibles en un sentido y en el otro" (QDC, p. 2028) en los siguientes términos: "Este paso de La Sagrada Familia es muy importante para comprender uno de los aspectos de la filosofía de la praxis, para encontrar la solución a numerosas contradicciones aparentes del desarrollo histórico, y para contestar a algunas objeciones superficiales dirigidas contra esta teoría historiográfica (también es útil para luchar contra algunas abstracciones mecanicistas)" (GT., p. 230).



BIBLIOGRAFIA.- J. BRUHAT, La révolution française et la formation de la pensée de Marx, Annales Historiques de la Révolution Française, nº 184, 1966 ; C. BUCI-GLUCKSMANN, Gramsci et l’état, Fayard, 1975 ; B. CONEIN, Le style du Prince et la politique jacobine dans les Cahiers de Prison, Actes du Colloque Gramsci ( Nanterre, Paris X, janvier, 1978) ; Auguste CORNU, Karl Marx’s Stellung zur Französischen Revolution und zu Robespierre ( 1843-1845), in Maximilien Robespierre, hrsg. W. MARKOV, Berlin, 1961 ; V. DALINE, Lénine et le jacobinisme, Annales Historiques de la Révolution Française, nº 203, 1971 ; J.GUILHAUMOU, Le cas français dans les Cahiers de prison : Révolution permanente et appareil d’hégémonie, actes du Colloque Gramsci ; J.GUILHAUMOU, Hégémonie et jacobinisme dans les Cahiers de prison : Gramsci et le jacobinisme historique, Cahiers d’Histoire de l’Institut Maurice-Thorez, nº 32-33, 1979 ; G. LABICA, De l’égalité, Dialectiques, nº 1-2, 1973 ; V.I. LÉNINE, o., 8, 483 ( Engels est qualifié de « vrai jacobin de la social-démocratie ») ; 24-123 ; C.MAZAURIC, Jacobinisme et révolution, Paris, ES, 1984 ; H.PORTELLI, Jacobinisme et anti-jacobinisme de Gramsci, Dialectiques, nº 4-5, 1975 ; E. SCHMITT et M. MEYM, Ursprung und Character der Französischen Revolution bei Marx und Engels, in Vom Ancien Regime zur Französischen Revolution, Göttingen 1978.



* Entradas del Dictionnaire Critique du Marxisme relacionadas con ésta.- Dictature du prolétariat ( pp. 323-332, Etienne Balibar) ; Égalité ( pp. 379-382, Jean-françois Corallo con participación de Georges Labica) ; Gramscisme ( pp. 509-514, Christine Guci Gluksmann) ; Hégémonie ( pp. 532-538, Christine Guci Gluksmann) ; Révolution française ( pp.1011-1012, Jacques Guilhaumou ; Social-démocratie (pp. 1052-1056, Hugues Portelli) ; Terrorisme ( pp. 1140-1142, Gerges Labica).



Abreviaturas

MEW Marx-Engels Werke. Berlín, Dietz-Verlag, 39 vol.

ES Éditions sociales, Paris.

O. Lénine, Œuvres, Moscou-Paris, 47 vol.

Cridr. Introduction de 1843 de KM

IA Idéologie Allemande

NRGh. La nouvelle gazette rhénane, KM/FE

SF La Sainte Famille

QJ La question juive

QP Cahiers de Prison, Gallimard, AG.

QDC Quaderni del Carcere, AG.

GT Gramsci dans le texte, AG.



[1] N. del T: En la edición de Grijalbo Pueblos unidos es p. 664 y lo que escribe Guilhaumou consta como subtítulo; el título es “La sociedad burguesa y la revolución comunista, y su último apartado entendería la democracia –“derecho de sufragio” como la abolición del estado y la sociedad burguesa, algo así como no prescindir de la política y reabsorberla en la sociedad civil.]



Jacques Guilhaumou

(*) Dictionnaire Critique du marxisme. Bensussan-Labica, Paris, Quadrigue/ Presses Universitaires de France, 1999. Première édition, 1982, pp. 622-626.

Traducción: Joaquín Miras y Joan Tafalla.

Fuente: http://lallibertatdelsantics.blogspot.com/2009/11/jacobinismo.html

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